Hoy la respuesta a la epidemia del VIH confronta nuevos desafíos: la pandemia del COVID-19, el estigma y la discriminación asociados al VIH aún persistente, así como las barreras en el acceso a métodos de testeo y tratamiento. Pero, además, queda claro que no podemos disociar el VIH de temas como la salud sexual y reproductiva, una ley contra toda forma de discriminación o las políticas públicas para el acceso a una salud pública gratuita y universal.
Por eso, 25 años después de aquellos primeros pasos, seguimos trabajando para consolidarnos en una organización líder a nivel nacional con proyección regional e internacional como referente en las áreas de salud pública desde una perspectiva de DDHH centrada en VIH/sida, otras infecciones de transmisión sexual y en salud sexual y reproductiva. Ser una organización enfocada en la defensa de los DDHH a través de la incidencia política, investigación, formación y transferencia de nuestras capacidades y en difusión, siempre a través de alianzas estratégicas con otras organizaciones de la sociedad civil, el estado, el sector privado y la academia.
Nuestro sueño es una sociedad más justa e igualitaria, con acceso a servicios de salud realmente integrales, con enfoque de derechos, de género, de diversidad y sin discriminación alguna, donde sean garantizados plenamente los Derechos Humanos. Y donde las personas que vivimos y convivimos con VIH podamos sentirnos libres, sin estigmas.
Hace 25 años muchas cosas parecían imposibles. Hoy sabemos que podemos hacerlas posible. Y eso nos incentiva para avanzar.
¡Gracias por el apoyo de siempre!
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